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A lo largo de tu vida puede haber tenido más de uno y es consciente del alto costo emocional y la tensión en la salud que ocasiona este tipo de personas, ya que solo privilegian sus necesidades y no a las tuyas.
Sin embargo, siempre hay algo curioso en estas relaciones tóxicas: sabemos cuáles son, pero es difícil identificarlas. ¿La razón? Hay muchas emociones encontradas.
El amor y el cariño a veces nos ponen una venda en los ojos que nos impide ver la realidad de las cosas. Al hablar de este tipo de problemas, no nos referimos solo a las relaciones amorosas, ya que también hay “amigos tóxicos” y, por supuesto, “parientes tóxicos”.
Creemos que así nos estarán cuidando mejor. Pero tenemos que tener cuidado, si dejamos que otros hagan la mayoría de las cosas, llegará el día en que ellos también decidirán por nosotros.
No permitas esto, en una relación, ya sea de amor o de amistad, debe haber un equilibrio de fuerzas, de inversiones personales. En el momento en que uno hace más que el otro o toma decisiones por la otra persona, surge el problema.
Personas que privilegian sus propias necesidades
“Es que lo prefiero, es que me gusta, es que lo quiero, lo necesito, espero que tu»…
Las personas acostumbradas a privilegiar el pronombre personal “yo” en sus frases son, sin duda, los perfiles de personalidad más dañinos, un ejemplo clásico de relaciones tóxicas.
Todos aquellos que no pueden ver más allá de su propio mundo no pueden conducir a la auténtica felicidad. Ni siquiera respeto. ¡Recuerda si!
Las relaciones que se basan en la desconfianza siempre resultan en celos y malentendidos, en continuas peleas que fragmentan la autoestima día a día y de forma imparable. No vale la pena.
Si alguna vez has escuchado una frase como esta, seguro que sabes lo que se siente y cómo duele escuchar tales palabras de la boca de personas a las que aparentemente les agradamos.
Sin embargo, no se equivoque. Quien manipula o chantajea no ama, quien se involucra en este tipo de abusos no sabe realmente amar, no trae respeto ni compresión. Claramente es una relación tóxica.
Podrían decir que les gustas, que eres lo mejor en sus vidas. Sin embargo, lejos de manifestarse como deberían, actúan completamente dañinos, humillantes y dejándote en un segundo plano.
Las mentiras no se pueden ocultar y, aunque perdonemos algunos de los errores, a la larga nos destruirán desde dentro. No permitir.
Este tipo de relación tóxica es muy común, tanto en las relaciones amorosas como con algunos de nuestros familiares. Ser víctima les brinda varias ventajas, tales como:
- Llamar la atención; Haznos sentir culpables para fortalecer aún más el vínculo de dominio.
- “Siempre me dejas solo cuando más lo necesito”,
- “Este fin de semana me enfermé y ni siquiera llamaste, está claro que tienes otras prioridades”.
Si alguna vez ha experimentado alguna de estas situaciones, ya sabe cómo duelen y cómo se mezclan los sentimientos de ira , lástima y miedo .
Finalmente, aunque todos sabemos lo que son las relaciones tóxicas, es común vivir situaciones como estas. ¿Cómo defenderse de este tipo de comportamientos?